El incremento repentino de la carga de entrenamiento puede parecer una solución rápida para compensar la falta de preparación, pero a menudo tiene consecuencias negativas. En lugar de aprovechar al máximo tu potencial, te expones a lesiones, fatiga y un rendimiento por debajo de tus expectativas. La paciencia y la consistencia son fundamentales para construir una base sólida y permitir que tu cuerpo se adapte gradualmente a las demandas del propio entrenamiento y en definitiva de la competición.
El trabajo tiene que estar completamente hecho semanas antes de la competición, y esta semana o semanas previas, en función de la duración y/o importancia de la prueba, las deberíamos de utilizar para bajar el volumen de entrenamiento, mantener la intensidad y priorizar el descanso. Con esto lograremos eliminar la fatiga que hemos creado con el entrenamiento durante las semanas o meses anteriores, y recuperaremos esa frescura tan necesaria para competir el día de la carrera en la mejor condición posible. Se suele decir muchas veces que hay que llegar con los deberes hechos y aprovechar ese periodo precompetitivo para descansar y recuperar sensaciones, tratando de mantener el estado de forma lo más alto posible. Hay que llegar con ganas y hambre de devorar kilómetros al día de la carrera, no con las piernas arrastras.
¿No rindes en las competiciones como realmente deberías? Sigue leyendo
Con el fin de evitar dicho problema, te dejo por aquí algunos consejos que seguro que te ayudan a no cometer estos errores:
– La importancia de un enfoque a medio plazo: Para evitar la trampa del último minuto, es esencial tener una visión a medio plazo de tu preparación. Esta organización de la temporada en función de los objetivos, evitará el error del incremento repentino de la carga de entrenamiento. Es crucial tener definida la temporada, con una planificación y periodización adecuada para llegar en el mejor momento de forma justo en el momento que nosotros deseamos. Un entrenador experimentado puede ayudarte a diseñar un programa de entrenamiento que abarque toda la temporada, estableciendo objetivos de forma progresiva y aumentando gradualmente la intensidad y el volumen de trabajo. Con una visión a medio plazo, podrás distribuir tu carga de entrenamiento de manera correcta, siguiendo el principio de la progresión y la individualización para optimar al máximo la preparación a las competiciones.
Por ello te recomiendo que a principio de temporada dediques el tiempo necesario para sentarte con tu entrenador y planificar minuciosamente el calendario de la temporada. Mi consejo es que identifiques 3 tipos de competiciones durante la temporada en función de la importancia que estas tengan para nosotros y dándoles prioridad a las carreras en función de su importancia o interés para tí:
- Competición A: serán la prioridad absoluta de la temporada, y se buscará llegar en el mejor momento de la planificación justo en el ese momento. Es el momento importante de la temporada, el cual te va a exigir al máximo a nivel tanto emocional como físico. Habrá que tomárselo con calma para volver a la rutina de entrenamiento.
- Competición B: serán pruebas que nos preparan para llegar en las mejores condiciones a las competiciones A. Deberán ser menos exigentes que las pruebas A, y deberíamos de encontrarnos totalmente recuperados en un máximo de 1 semana. Estas pruebas nos servirán para entrenar la alimentación, estrategia, ritmos, material, etc… No siempre es necesario hacer competiciones tipo B, pero si es recomendable.
- Competición C: entrenamientos con dorsal. Serán competiciones que dominas y no nos exija más allá que un propio entrenamiento. En pocos días deberíamos de estar totalmente recuperado. Carácter completamente lúdico y/o entrenamiento. Tampoco será obligatoria hacer este tipo de pruebas.
Aquí podríamos ver como en mi caso suelo planificar las temporadas de mis deportistas, ya sea con Training peaks o con una hoja de Excel, ambos métodos me permiten obtener una visión global de la dirección a seguir. Evidentemente todo este proceso puedes ser flexible, pero debemos tratar de seguir el planteamiento para optimizar al máximo el proceso de entrenamiento y por lo tanto los resultados.


-La importancia del descanso y la recuperación: El descanso y la recuperación son tan cruciales como el propio entrenamiento. El cuerpo necesita tiempo para adaptarse y recuperarse después de cada sesión de entrenamiento. Programa días de descanso y periodos de recuperación adecuados en tu plan de entrenamiento para permitir que tu cuerpo elimine la fatiga del propio entrenamiento diario. Además, A medida que te acercas a la fecha de la competición, todavía daremos más prioridad a esa recuperación. No te sientas tentado a aumentar drásticamente la carga de entrenamiento para compensar el tiempo perdido. En su lugar, enfócate en la calidad del descanso, asegurándote de dormir lo suficiente y de incorporar técnicas de recuperación activa, como el trabajo de movilidad y la terapia de masajes.
-Mantén la motivación y el apoyo constante: La preparación para una carrera de resistencia puede ser un desafío físico y mental. Mantén la motivación alta estableciendo metas claras, realistas pero ambiciosas a lo largo de tu plan de entrenamiento. Además, busca el apoyo de otros corredores o únete a grupos de entrenamiento para compartir experiencias y mantener la motivación. Un entrenador de resistencia también puede ser una fuente invaluable de apoyo y orientación a lo largo de tu viaje. Y por supuesto, siempre será más fácil si tienes el apoyo de tus seres queridos.
-Confía en tu plan de entrenamiento y en tu entrenador: La confianza en el entrenamiento y en el entrenador implica creer en el proceso de desarrollo y mejora continua. Los resultados a largo plazo a menudo requieren tiempo y dedicación, y es esencial que el deportista confíe en que el proceso dará sus frutos. El entrenador puede proporcionar la orientación necesaria y recordar al atleta que el éxito no siempre es inmediato, sino que se alcanza a través de un trabajo constante y un compromiso continuo. Es necesario que para optimizar al máximo el proceso y obtener los mejores resultados, que confíes plenamente en el trabajo de tu entrenador. La predisposición hacia las tareas influye de manera increíble sobre la percepción del esfuerzo y los resultados del mismo. Si tú no confías en tu entrenador, por mucho que cree el mejor entrenamiento del mundo, nunca lograrás los objetivos establecidos. Sin embargo, con un buen entrenamiento basado en la ciencia y el rendimiento deportivo, sumado a una confianza plena en dicho trabajo, te hará mejorar lo máximo posible y será cuando logres los mejores resultados y por supuesto conseguirás disfrutar del proceso que es lo más importante.